Olite, turismo rural en Navarra
La situación geográfica de Navarra le otorga su increíble paisaje y su fértil tierra, entregada casi totalmente al turismo rural. Olite, la laguna de Pitillas y Eunate son los puntos clave de nuestro recorrido.
El Castillo de Olite
Desde que en el siglo XIII Teobaldo I estableciera su residencia oficial en Olite, esta se convirtió en la corte de los reyes de Navarra. El Castillo-Palacio de Carlos III el Noble se convertiría con el paso de los años en uno de los más emblemáticos de Navarra.
Castillo-Palacio porque reunía dos funciones a la vez: por un lado, su carácter defensivo (en la construcción que corresponde al Palacio Viejo, hoy ocupado por el Parador de Turismo); y por otro, ser la residencia de los monarcas (en las instalaciones que se corresponden con el Palacio Nuevo).
Junto a los muros más sombríos del castillo se encuentra una singular construcción conocida popularmente como «el huevo» que hizo las funciones de pozo de hielo. Sin embargo, es posterior a la época de edificación del castillo. Se levantó a principios del siglo XVII y ha sido utilizada como nevera hasta bien entrado el siglo XX.
Entre el Palacio Viejo y el Nuevo, asomada a la plaza de Teobaldos se encuentra la Iglesia de Santa María y el Museo de la Viña y el Vino de Navarra. No hay que olvidar que estamos en una zona vitivinícola por excelencia, en la que el cultivo de la vid se ha venido desarrollando desde la época de los romanos.
Y de Olite partimos hacia la Laguna de Pitillas, situada a dos kilómetros del pueblo de su mismo nombre: la laguna esteparia más septentrional de España. Como todos los ecosistemas tiene un alto valor ecológico que destaca por la abundancia y diversidad de especies de aves acuáticas que la eligen para pasar el invierno o para reproducirse.
Se sabe que hace más de un millón de años toda la zona de Pitillas estaba cubierta por un mar de escasa profundidad y de aguas muy salinas. Al levantarse los Pirineos y el Sistema Ibérico, el mar se retiró quedando algunos lagos residuales en las zonas deprimidas, que con el tiempo darían lugar a este tipo de humedal sin salida de agua.
Tras la laguna de Pitillas, nuestra última escala por la Zona Media de Navarra es Eunate, donde nos encontramos con la Iglesia de Santa Maria de Eunate. Se trata de uno de los más interesantes ejemplares de la arquitectura románica navarra, que siempre ha estado rodeado por un gran misterio sobre todo en cuanto a su fundación. Muy valorado en la actualidad como centro de energías y de espiritualidad.
Sobre el origen de esta iglesia se ha especulado mucho: Mientras algunos investigadores sostienen que fue fundado por los caballeros de la Orden del Temple, otros apuntan a que fue un hospital sanjuanista.
Sin embargo, la documentación oficial, que data del año 1520, indica que se trataba de una capilla funeraria destinada a cementerio de los peregrinos fallecidos en las inmediaciones. No hay que olvidar que Eunate está emplazado en el Camino de Santiago que entra en Navarra desde Somport.
Eunate, que en euskera significa «cien puertas» es la despedida de la Zona Media de Navarra, lugar de magia y energía; de arte y de misterio. Sólo es cuestión de querer sentirlo, de comprobarlo.
Crédito imagen: Jesús Abizanda