Procesiones de Semana Santa en España
No hace falta ser creyente ni tener que hacer penitencia para asistir a una buena procesión de Semana Santa. La tradición católica de este país ofrece multitud de ellas para elegir. Todas rebosan fervor popular y arte religioso. Desde los pasos que reproducen la muerte y resurrección de Cristo hasta las saetas o rezos cantados, pasando por el pintoresco espectáculo que ofrecen las puntiagudas capuchas de los nazarenos y las mantillas de las mujeres, el folclore campa en estos días por sus respetos.
Ciudades de España en Semana Santa
Desde el domingo de Ramos hasta el domingo de Pascua o Resurrección (o sea, en la primera luna llena de la primavera) toda España se vuelca en conmemorar los sacrificios que hizo Jesús para redimir a la Humanidad. En un país de hondas raíces religiosas como el nuestro, eso significa vacaciones, lo que ya de por sí es bueno, torrijas y pestiños; si, además, hay espectáculo (y ya decimos que el capítulo de la fe lo dejamos a la espiritualidad de cada cual), y lo hay en casi todas las ciudades y pueblos de esta piel de toro que nos cobija, lo mejor es decidir muy cuidadosamente dónde queremos vivir la Semana Santa.
Los andaluces, que se caracterizan, entre otras muchas cosas, por la devoción con que viven estas fechas, salen en masa a la calle para pasear sus imágenes de vírgenes y Cristos, cantarles, llorarles y devolverles, en forma de promesa o penitencia, los favores concedidos a lo largo del año. Hay por doquier escenas de Cristo cautivo, cargando con la cruz o ya crucificado, y Vírgenes en todas sus advocaciones, lujosamente engalanadas con túnicas de terciopelo bordadas con hilo de oro y rodeadas profusamente de flores. Las procesiones se convierten en un mar de capirotes que esconden las caras de los nazarenos, mantillas, cruces, velas…
Sevilla
No hay que perderse las celebraciones de Sevilla, probablemente las más espectaculares de España. La ciudad se inunda en estos días del aroma del azahar y queda prácticamente cerrada al tráfico para que las procesiones, con el Jesús del Gran Poder, la Macarena y el Cristo del Cachorro al frente, puedan desarrollarse en todo su esplendor. Las 57 hermandades de la ciudad se ocupan de mantener viva una tradición que sobrevive desde hace siglos. No deje de agenciarse un programa con los itinerarios de las principales cofradías si quiere vivir todo el sabor de la Semana Grande sevillana… y vaya mentalizado para las aglomeraciones de gente. De las saetas, coplas de aire flamenco que cantan los fieles para exhaltar su devoción, es mejor no hablar: hay que oírlas.
Granada y Málaga
Granada y Málaga también merecen la pena. La Semana Santa de Granada está declarada de interés turístico nacional, y es una de las fiestas que más visitantes atrae. El Miércoles Santo se celebra la procesión del Cristo de los Gitanos, también conocido como el Cristo del Sacromonte, la más espectacular, aunque tampoco conviene perderse la procesión del Silencio, en la noche del Jueves Santo.
En Málaga, es de destacar la procesión de la Virgen de la Paloma (cuando sale el paso se sueltan multitud de palomas), los pasos de la Pasión de Cristo y la preciosa ornamentación barroca de los tronos.
Valladolid y Toledo
Frente al fervor de los andaluces, Castilla, con su ascetismo mesetario, ofrece un interesante contraste. La Semana Santa de Valladolid también es fiesta de interés turístico nacional; en ella se impone el silencio durante las procesiones, que sólo es roto por el redoblar de los tambores. En Toledo, las celebraciones quedan resaltadas por el ambiente medieval de sus calles. Entre la tarde del miércoles y la del viernes todas las iglesias y conventos de la ciudad permanecen abiertos, incluso los que están cerrados a las visitas el resto del año.
Zaragoza
Si uno prefiere disfrutar de estas fechas un poco más al norte, es recomendable pasarse por Zaragoza. Más de 12.000 cofrades y unos 4.000 instrumentos musicales, entre tambores, bombos, timbales, matracas, trompetas… acompañan durante estos días a 42 pasos. Vírgenes, Cristos y misterios desfilan por las calles de la ciudad acompañados de jotas de contenido religioso. Como peculiaridad, hay que mencionar el Turno de Vela que realizan todos los cofrades al finalizar cada procesión, en la iglesia de San Cayetano.
Madrid
Pero no sólo las grandes ciudades sucumben a la devoción. Muy cerca de Madrid hay un pequeño pueblecito, Morata de Tajuña, que se transfigura totalmente en estos días. Sus calles y gentes retroceden 2.000 años y reviven el paso de Jesús de Nazaret tal y como debió de acontecer. El ama de casa es la Virgen María, otro vecino es Judas, el de más allá es la autoridad de Roma y, por supuesto, hay cientos de voluntarios para ser Jesús. No faltan los judíos, los romanos, los apóstoles… Es imposible reconocer a nadie.
En definitiva, vaya donde vaya, disfrutará de rituales casi ancestrales que han llegado hasta nosotros desde la mismísima Tierra Santa y que aún tienen por delante otros cuantos miles de años de vida.
Imagen: SV