Rótterdam, la ciudad multicultural

Rotterdam en HolandaRótterdam es la segunda ciudad más poblada de Holanda y tiene la virtud de tener el puerto más grande del mundo. Aunque aparente una pequeña ciudad provinciana, Rótterdam, es una gran metrópoli de 600.000 habitantes y una urbe multicultural.

Inmigrantes de medio mundo han convertido a la segunda ciudad holandesa es una especie de torre de babel en la que conviven más de 140 nacionalidades. Es una ciudad apacible, tranquila y ordenada, a orillas del río Mossa, patria del célebre filósofo Erasmo de Rótterdam. A diferencia de otras ciudades holandesas, como por ejemplo, la capital del país, Ámsterdam, Rótterdam no conserva la huella del pasado en sus edificios. La ciudad fue sistemáticamente bombardeada por la aviación alemana durante la II Guerra Mundial hasta ser reducida a escombros. Los edificios clásicos de fachada de ladrillo, que podrás encontrar cerca del puerto antiguo, es todo lo que queda de la Rótterdam medieval.

Resurgió de sus propias cenizas tras la contienda y donde antes hubo estrechas viviendas unifamiliares hoy vemos edificios vanguardistas y atrevidos. Una imagen en la que participaron arquitectos de renombre mundial, como Renzo Piano o Peter Wilson, y que queda resumida en la bella postal que la ciudad ofrece a los visitantes desde la fachada fluvial del río Mossa.

Lugares que visitar en Rótterdam

Rótterdam es, sin duda, un extenso catálogo a cielo abierto de la arquitectura del siglo XX, aunque si eres un/a amante de las construcciones típicas holandesas, Rótterdam tampoco te decepcionará.

En una parte del viaje, intentamos alejarnos de la gran ciudad e irnos a conocer los barrios más típicos y un poco a las afueras. De esta manera nos encontramos con Delfshaven, un pequeño barrio del extrarradio, que conserva todo el tipismo y el encanto de los canales y de las casitas de fachada puntiaguda. Tampoco faltan los ladrillos rojos que han hecho popular la estampa de Holanda. Pero el imparable crecimiento de la ultramoderna Rótterdam absorbió esta pequeña joya medieval hasta engullirlo en su perímetro urbano. Delfthaven es hoy un tranquilo barrio de anticuarios, cafés y tiendas de regalos.

Pero este viaje no va a tratar sólo de arquitectura y barrios típicos. Cualquier itinerario que se precie, tiene que tener una visita a un museo. Y esta no va a ser la excepción, ya que Rótterdam tiene muchos y muy importantes. Entre ellos, el Boijman Van Beuningen, que está justo al lado de la famosa escuela de arquitectura de Rótterdam. En el Boijman, como se le conoce popularmente, además de artes aplicadas, como cerámica, grabados o litografías, podrás disfrutar de alguna de las mejores pinturas del siglo de oro holandés.

El downtown de Rótterdam, el centro comercial y financiero de la ciudad, es la plaza de Schouwbourg, un gran espacio de acero y cristal decorado, como no podía ser menos en una ciudad portuaria, con enormes grúas metálicas. Aquí se levantan los mayores edificios de Rótterdam, gigantes de metal como la Torre del Milenio, propiedad de una famosa compañía de seguros holandesa. Desde Schouwbourg parten muchas calles peatonales, llenas de tiendas y ambiente. Es la zona de Lijnbaan, una gran área comercial construida hacia 1953 por dos arquitectos holandeses.

En Lijbaan se respira ese ambiente sosegado y despreocupado que ha hecho de Rótterdam una ciudad grande, pero habitable. Al otro extremo del barrio, se levanta el Ayuntamiento, reconstruido también después de la segunda gran guerra en el estilo neorrenacentista flamenco original. Es el mayor palacio municipal de Holanda.

Y por último nos acercamos (virtualmente hablando…) hasta Maurisch Weg, una calle moderna, pero llena de encanto, y que tiene su historia, porque fue antiguamente un canal de defensa de la ciudad. Cuando ésta creció, el canal se transformó en una zona de paseo y exposiciones de escultura al aire libre.
Piezas de arte moderno acompañan ahora a los paseantes y a los ciudadanos que eligen este bucólico rincón urbano para un rato de asueto. El proyecto del Ayuntamiento es el de prolongar las exposiciones al aire libre por otras vías hasta crear un gran paseo de arte permanente que rodee el centro urbano.

Una muestra más de la perfecta relación que vanguardia, arte y tradición han creado en la segunda gran ciudad holandesa.

Imagen propiedad: R

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