Guía de Écija, la ciudad del Sol
Las vistas desde las alturas de nuestra siguiente escapada hace que la ciudad nos atraiga inevitablemente hacia su interior. Hablamos de Écija, la Ciudad del Sol perteneciente a la provinca de Sevilla. Para comenzar la visita precisamente teniendo en cuenta las panorámicas, nada mejor que acercarse al ayuntamiento ecijano y visitar su cámara oscura, una especie de periscopio que proyecta una imagen en movimiento de las torres, monumentos, tejados y todo lo que esté ocurriendo en ese instante en la ciudad.
La cámara oscura
La visita a la cámara oscura incluye la entrada a dos exposiciones permanentes sobre los atractivos de Écija, además de una proyección audiovisual sobre su cultura.
Plaza de España y recorrido históricio
Posiblemente de todas las panorámicas que brinda la azotea del ayuntamiento ecijano, una de las más sobresalientes sea la que comienza en el mirador de los marqueses de Peñaflor, y continúa por el campanario de la iglesia de San Francisco, las torres de la iglesia de San Juan, San Gil y Santa Bárbara.
Después de echar un vistazo a los tejados, te recomendamos que poses la vista en el suelo, para contemplar «El Salón», nombre popular que recibe la Plaza de España de Écija. La explanada, escenario de espectáculos públicos en siglos anteriores, muestra, en la actualidad, sus tesoros más ocultos. Al elevado número de tumbas halladas hay que añadir la amplitud del periodo que abarcan, unos 400 años, y la calidad de los restos, que una vez analizados, permitirán lanzar hipótesis bastante exactas de cómo era la Écija musulmana, la que aconteció entre los siglos IX y XII.
Precisamente para seguir el rastro de esa Écija, recorremos diversas edificaciones que evocan épocas musulmanas, como la parroquia de Santa Cruz o la iglesia de Santiago.
Desde los lugares más insospechados se divisan las famosas torres de la ciudad. La Plaza de España de Écija.
Palacios y tradición
En las laberínticas calles del casco antiguo de Écija encontramos nobles muestras de arquitectura civil: el palacio de los marqueses de Benamejí o el de los marqueses de Peñaflor, que luce un balcón de forja de 59 metros y un conjunto de pinturas murales de vivos colores.
Tras visitar estos deslumbrantes palacios tomamos la calle Cintería, muestra palpable de la floreciente industria de la que gozo Écija en época pasada, tanto que, los artesanos tuvieron que agruparse en numerosos gremios que compraban o alquilaban casi calles enteras, como esta, donde instalaban sus comercios y talleres.
Comprobamos in situ que la industria artesana sigue siendo una de las mayores riquezas de la tierra ecijana, con multitud de manifestaciones que van desde la cerámica a los bordados, pasando por la forja o la guarnicionería.
Tradición artesana, nobles mansiones, rica repostería, entornos monumentales, hallazgos arqueológicos y once torres que reciben al viajero con los brazos abiertos: son algunos de los atractivos que atesora Écija, la «Ciudad del Sol».
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